Después de pensarlo mucho, ya que teníamos poco tiempo, decidimos que valía la pena visitar aunque sea rapidamente la Isla de Chiloé. No nos arrepentimos.

Para llegar a la Isla se debe cruzar en ferry el Canal de Chacao.

Cruce en Ferry a la Isla de Chiloé

Hay varios ferries que transportan camiones con acoplado, ómnibus y todo tipo de vehículos. El cruce tarda media hora y los peatones no deben abonar por cruzar.

Era un día soleado y caluroso. Extraño, ya que generalmente llueve mucho.

Nos dirigimos a la ciudad de  Ancud. El camino es muy pintoresco. Las casas recubiertas con tejas de madera de alerce son las construcciones típicas de la zona.

Alli pudimos observar los famosos palafitos.

Construcciones de madera y chapa sobre pilotes.

Luego visitamos el mercado de Ancud. Vale la pena darse una vuelta por el mercado ya que los productos en si mismos atraen la curiosidad.

Los ajos por ejemplo son de tamaño descomunal. Un diente de ajo tiene el tamaño de una cabeza de ajo de los que acostumbramos tener en nuestras casas.

Las papas de la Isla son famosas. Tiene papas azules y a rayas con un interior violaceo.

Se venden algas de distinto tipo con las que los lugareños preparan guisos.

Encontramos mariscos trenzados frescos y ahumados

Las papas se venden no por kilo, no hay balanzas, sino que hay cajoncitos de distintos tamaños. Se vende por lo que pueda caber en cada uno de ellos.

La iglesia de Ancud es típica de la zona. Muy sencilla pero hermosa. Con un pórtico en el frente y paredes revestidas en tejas de Alerce para protegerla de la lluvia.

Aqui se puede observar su interior.

Todas las iglesias de la Isla están protegidas ya que fueron declaradas patrimonio de la humanidad.

por Mirta Fenandez